Antes pues, el Señor Jesús iba y venía en este mundo, con el gran San Pedro. Una noche, a la entrada de la noche, pidieron a dormir en una casa, y, inmediatamente, se les dijo que tendrían una habitación, con una cama en esta habitación. Queriendo recompensar a nuestra gente, Jesús les pidió inmediatamente a qué trabajo debían suministrarse el día siguiente. Respondieron que debían batir trigo. Jesús, entonces, les pidió de contremander a los obreros; pegarían el trigo, él y a su amigo. Y nuestra gente hizo como se había dicho. El día siguiente, el amo de la casa creía firme que Jesús y San Pedro iban a comenzar su trabajo a partir de antes del día.
¡Pero no se movían sino!
¡Y no se estaba contento a la ronda!
¿Entonces, el amo, entrando en la habitación, se aventuró a preguntar si, teniendo tanto trigo que pegar, no veían pues que hacía día desde hace tiempo ya? Y ellos de responder que sí, que iban a levantarse. Pero, como permanecían siempre a la cama, el amo se enfadó y, de nuevo, les preguntó si quisieran, sí o no, levantarse. Y ellos de responder siempre que sí, que se levantaban al momento. Pero nunca no se levantaban. Entonces rojo de cólera, el amo se vino ellos con un palo, y vigorosamente, él afectó el de ellos que se encontraba sobre el borde de la cama el pobre San Pedro.
Luego se fue. Alguna razón que tuvo de no querer levantarse aún, Jesús oyó los gemidos repetidos de San Pedro y dice a su camarada:
- “se irrita mucho esta gente por nosotros… Venga en la esquina de la cama donde podrás acariciar tus azules; sin eso, sobre este borde, te afectarán aún.”
San Pedro apenas se instalaba pues en la esquina, que, endiablé, el amo llegaba con su palo y gritaba a mata-cabeza:
¡- “Espere un momento, espera! … ¡Inmediatamente, vamos a ver si no va a aumentarle esta vez! … Era, próximamente, la vuelta de el que estaba sobre el borde; a la vuelta de el que está en la esquina, ahora!”
Y, por segunda vez, afecta y rosa de importancia el pobre San Pedro que se había puesto en la esquina.
Entonces, se levantaron, San Pedro con fuerza suspiro; y, apilando el trigo, hubo el fuego. A este fuego, todo el grano se descascó; la paja por una parte, lo Barbera y la bola de otro, y el grano por otra parte aún. Se quitaba a nuestra gente. Bien rápidamente, olvidaron todas sus impaciencias de la mañana. Pero ellos no sabían guardar el más pequeño secreto, y el vecino, aprendiendo de ellos cómo Jesús descascaba el trigo con fuego, lo reflejaron también el fuego a su trigo, y…. lo quemaron todo.
Fuentes :
Bibliografia : Légendes et Récits populaires du Pays Basque - Jean-François CERQUAND - Editions Aubéron
"légendes basques" de Jean Barbier Editions Elkar 1982
Dictionnaire Illustré de la Mythologie Basque - José Miguel de BARANDIARAN, traducido y anotado por Michel Duvert - Editions ELKAR
Extractos resultantes de un labor de investigación de la asociación LAUBURRU. Michel DUVERT - Claude LABAT - LAUBURU BP 314 64103 BAYONNE cédex
Contes populaires et légendes du Pays Basque" les presses de la renaissance PARIS.
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