Abarka

Las codornices que cantaban a alguien

Un viajero Navarro llegó en la sierra de Codés a la caída de noche cuando, repentinamente, se propusieron acantar las codornices:
- ¡ cascale, cascale, cascale, me aporta me, me aporta me, me aporta me!.
Al mismo tiempo que oyó este canto, el navarro se sintió tomado por un pie y pensando por ser víctima de brujas, permaneció petrificado de terror irracional.
- ¡Dieu no me matan! fue la única cosa que pudo marmonar las manos cruzadas sobre el pecho y a la mirada que suplica.
Pero como las temibles brujas no lo liberaban, repitió incansablemente toda la noche:
- ¡ Dios, no me matan! ¡ Dios, no me matan! .....
Y las codornices seguían:
- ¡cascale, cascale, cascale, me aporta me, me aporta me, me aporta me!.
Comenzaba a hacer día cuando otro viajero, éste de Antoñana pero yendo en el sentido opuesto, descubrió al navarro llorando desesperadamente implorando:
- ¡ Dios, no me matan!
El alavés se acercó al navarro y le dice:
- ¿ Puego ayudarle?
El navarro lo observó de un gesto de alegría infinita, abrió los brazos y dice:
- ¡ Gracias a Dios, viene a salvarme de las brujas!
El alavés se frotó la barbilla, observó a los alrededores sin nada que oyeran y dice:
- ¿ Brujas? ¿Qué brujas?
- ¡ Aquéllas que me retienen!
El alavés lo observó de arriba abajo y añadió:
- Yo no sé nada de las brujas pero lo que sé, porque lo veo de mis ojos, es que le tomó los pantalones en las zarzas.
El navarro descubrió, aliviado, que efectivamente una zarza era colgada y lo retenida por el pie. Pero el alivio duró poco tiempo, cuestionando en voz alta:
- ¿ Pero si las brujas no lo retuvieron, entonces por qué las codornices cantaban?
El muchacho de Antoñana se frotó la barbilla de nuevo, más detenidamente aún y se informó de un gesto que indica sus pensamientos sobre la salud mental del navarro:
- ¿ Codornices? ¿Qué codornices?
Desde entonces, se dice, al hablar de alguien que no tiene toda su cabeza: “A éste, las codornices cantaron”.

Fuente : Sorgiñas, leyendas vascas de brujas ISBN: 84-95846-46-2 © de la Edición "Los libros del cuentamiedos".

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