Un hijo de la casa Muruguena (Beasain) vivia una muy bonita mujer al límite máximo de un refugio subterráneo y se casó con ella.
Tuvieron siete niños, todos muchachos. Un día el marido se puso en cabeza de hacerlos bautizar a la iglesia del pueblo.
Los puso en un carro hubo a su madre con cuerdas.
Se fueron, en dirección de la iglesia. En camino, Mari se rodeó con llamas, quemó sus vínculos, saltó sobre una roca, cerca de Muruguena hubo la impresión de un pie, y termina por volarse a Muru diciendo al mismo tiempo:
"Zazpi semeak zerurako, ni Muru'ako; Murugena ez da sekulan eri edo maki gabe izango".
“Los siete hijos para el cielo, yo para Muru; en Muruguena no faltará ni enfermo ni mango”.
"Les sept fils pour le ciel, moi pour Muru; à Muruguena il ne manquera ni malade ni manchot".
Fuentes :
Bibliografia : Légendes et Récits populaires du Pays Basque - Jean-François CERQUAND - Editions Aubéron
"légendes basques" de Jean Barbier Editions Elkar 1982
Dictionnaire Illustré de la Mythologie Basque - José Miguel de BARANDIARAN, traducido y anotado por Michel Duvert - Editions ELKAR
Extractos resultantes de un labor de investigación de la asociación LAUBURRU. Michel DUVERT - Claude LABAT - LAUBURU BP 314 64103 BAYONNE cédex
Contes populaires et légendes du Pays Basque" les presses de la renaissance PARIS.
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