Volviendo una noche de la taberna de Amoroto hacia su casa, Pedro de Otxabio se encontró delante un caballo establecido en medio del camino de Arbifie. Éste que no se movia, nuestro noctámbulo le gritó:
¡ Arre ! ¡ caballo !
El animal no resumió el menor movimiento para descartarse ni dejarle pasar entonces el hombre repitió:
¡ arre ! ¡ caballo ! pero el animal permaneció sobre sus posiciones.
El noctámbulo iba a gritar una tercera vez cuando Pedro escuchó que el animal lanzaba un amenazador bufido. Tal espanto le produjo, que se le pusieron todos los pelos de punta. Entonces, cuando quedito quedito, el hombre empezó a andar hacia atras para alejarse de alli, descubrió que el caballo, ademas de volver a bufar, habia echado a andar hacia él, al parecer con no muy buenas intenciones. Fue en ese momento cuando ya, sin dudarlo, el hombre empesó a correr como loco, en dirección de la taberna, a la que llegó en un santiamén, sintiendo sobre su cogote el aliento abrazador del caballo, que estaba a punto de darle alcance.
Por fortuna, delante de la taberna había una cruz, y, al pasar ante ella, el hombre se santiguó. Al instante descubrió que el caballo había desaparecido y, en su lugar, una anciana horripilante echaba a correr despavorida huyendo del hogar.
No le cupo la menor duda, a Pedro de Otxabio, que esa noche había tenido un encuentro con una bruja.
Fuente : Sorgiñas, leyendas vascas de brujas ISBN: 84-95846-46-2 © de la Edición "Los libros del cuentamiedos".
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