A un vecino de Apellaniz, misteriosamente se le empezó a morir todo su ganado sin que supiera la causa de esta desgracia. Sospechando de su mujer, en la que habia observado ultimamente movimientos muy raros, una noche siguió hasta la cuadra. Vio asi que ponia una mano sobre la mula y esta caia fulminada a sus pies.
Furioso, el marido le preguntó entonces:
¿Por qué has hecho eso?
A lo que su mujer le respondió tranquilamente:
¡ No puedo estar sin hacer daño y antes de hacérselo a otro, prefiero hacerlo aqui, en casa !
Y es que, una de las normas principales de las brujas, segun se decia, era que constantemente habian de estar haciendo daño. Esa era su razón de existir.
Fuente : Sorgiñas, leyendas vascas de brujas ISBN: 84-95846-46-2 © de la Edición "Los libros del cuentamiedos".
Anteriora |