Abarka

La capa, el asno y el bastón

AlbergueEn otro tiempo, en una casa, había tres hijos. Un día, el mayor dice a su madre:
- “Madre, hechas rápidamente los pequeños panes, que me vaya a continuación a hacer fortuna”.
La madre hace los pequeños panes, y el hijo se va por montes y por valen. Mientras que se iba así, sobre el borde de un río se entrevista con el Señor Jesús y San Pedro. El Señor Jesús lo llama y le dice:
- “Dices, joven hombre, a cambio de una recompensa, nos pasarás del otro lado?”
¡- Pero ciertamente!
Y nuestro joven hombre los transportó pues del otro lado. En recompensa, entonces, el Señor Jesús le dio una capa y le dice: Tenga, toma esta capa. Siempre que tengas hambre o sed, te bastará que diga:
- “Capa, extiende te!”
y, sobre esta capa, inmediatamente, tendrás toda la bebida y comerlo que será necesario. Encantado ya de hacer fortuna, el joven hombre reanuda inmediatamente el camino de la casa. E iba, iba siempre. La noche, llega a un albergue. Al ir a dormir, confía la preciosa capa a la gente del albergue y les dice: le ruego, no aventura a decir a esta capa:
- “Capa, te extiende te!”
¡- Que no, bien ciertamente! “
Pero el joven hombre era apenas acostado, que los hoteleros decían a la capa:
- “Capa, extiende te!”

¡E inmediatamente, brist, brast (como por encantamiento), sobre la capa se alinearon de los alimentos y bebidas no no terminar! ¡Dejo a pensar el susto de esta gente! El día siguiente, apenas se había alejado del albergue que nuestro muchacho, del resto absolutamente muerto de hambre, extendía la capa bajo un árbol y decía:
- “Capa, extiende te!”
Pero tuvo bonita declaración, tuvo belleza repetir, lo falsea capa permaneció desmontada. Y el pobre muchacho, muy entorpecido de dolor, se dio la vuelta en él sin haber hecho fortuna. Bien rápidamente después de, el segundo hijo a su madre:
- “Madre, los pequeños panes; que me vaya a continuación a hacer fortuna”.
La madre hace los pequeños panes, y el hijo se fue por carreteras y por caminos. Al cabo del mismo río, también se le entrevista con el señor Jesús y Saint Pierre. El Señor Jesús la hèle:
- “Diga, joven hombre, a cambio de una recompensa, nos pasarás del otro lado?”.
El Señor Jesús, entonces, para recompensarlo, le hizo subvención de un asno, diciéndole:
- “Tenga, toma a este asno. Cada vez que necesitas dinero, dicen a este asno: ¡“En el trabajo, mi asno! y este asno, inmediatamente, te dará del oro por arroyo”.
Nuestro hombre, encantado de hacer fortuna, toma inmediatamente el camino de vuelta. La noche, llega él también al mismo albergue que su hermano. Y, yéndose a la cama, confió al asno, diciendo:
- “De gracia, no van a decir a este asno: En el trabajo, mi asno!”
- “Que no, ciertamente!”
Pero, el joven hombre era apenas acostado, que los hoteleros dijeran al asno:
- “En el trabajo, mi asno!”
Y ahí tienes que el asno no dejaba más de hacerles oro por arroyo. Y grande fue el susto de esta gente. Inmediatamente, cambiaron a este asno contra un asno en todos los puntos similar, y luego, bien silenciosamente, ellos se van a la cama. el día siguiente, tan pronto como se había alejado del albergue, nuestro muchacho dicho al asno:
- “En el trabajo, mi asno!”
Pero, cualquier guardada reverencia, el asno, por arroyo, le hizo de esta otra cosa (que conjetura bien). Y nuestro hombre, apenado de no hacer fortuna, se volvió de nuevo en él muy fallido.
Rápidamente después de, el tercer hijo dice a su madre:
- “Madre, hechas rápidamente de los pequeños panes. Es mi vuelta ir a hacer fortuna”.
La madre hace los pequeños panes, y el hijo se fue por carreteras y por caminos. A bordo del mismo río siempre, se entrevista con, él también, el Señor Jesús y San Pedro. El Señor Jesús que se lo pide, los transportó ambos del otro lado. Y el Señor Jesús, recompensa, le volvió a poner un palillo:
¡- “Pega, Maria, afecta! y… verás lo que verás”.
¡Buenos días y gracias bien! para la noche, se volvía a nuestro muchacho al albergue incluso dónde se pillaban a sus dos hermanos. Al ir a la cama, dice al hoteleros:
- “Aprietan -moi, le ruego, este palillo, hasta mañana por la mañana. Pero en su interés, guarda bien de decirle: Pega, Maria, afecta!”
- “Se guardaría, ciertamente!”

Pero apenas el muchacho era acostado, que los hoteleros tomaban el palo y le decían:
¡- “Pega, Maria, afecta! ¡Ah! bien sí!”
¡Y los hoteleros de gemir inmediatamente, Aie! por aquí, Atch por alla. Imposible absolutamente de detener el palo. ¡Afectaba, afectaba siempre! De modo que, al final, nuestro muchacho se levanta a este escándalo. Desconectados, los hoteleros gritaban:
¡- “De gracia, le rogamos, detener el palo! ¡Y capa, extiende te! ¡En el trabajo, mi asno! todo eso se le volverá!”
Nuestro muchacho dijo:
- “Detiene, Maria, detiene!”
y detuvo así el palo. Luego, sobre en el trabajo, mi asno, la Capa extienden te bajo el brazo, pegada, Maria, pega a la mano, se volvió de nuevo a la casa. ¡Con su madre y sus dos hermanos, vivió rico, Dios sabe cuánto tiempo! Y, si bien vivieron, bien duran morir.

Fuentes :
Légendes et Récits populaires du Pays Basque - Jean-François CERQUAND - Editions Aubéron ISBN 2-84498-093-7
Légendes basques de Wentworth Webster - Editions Aubéron ISBN 2-84498-080-5
légendes basques de Jean Barbier Editions Elkar 1982
Dictionnaire Illustré de la Mythologie Basque - José Miguel de BARANDIARAN, traducido y anotado por Michel Duvert - Editions Elkar
Extractos resultantes de un labor de investigación de la asociación LAUBURRU. Michel DUVERT - Claude LABAT - Lauburu BP 314 64103 Bayonne cédex
Contes populaires et légendes du Pays Basque" Editions les presses de la renaissance PARIS ISBN 2-85616-117-0
Contes et légendes du Pays Basque de Henry PANNEEL Editions Pyrémonde ISBN 2-84618-165-9

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