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Los genios en la mitología vasca

La mitología vasca se dinstingue de las mitologías indoeuropeas en el sentido que sólo creen lo que ven y en absoluto en seres “sobrenaturales” que vivirían en los cielos, como dioses clásicos. Para ellos, la tierra es la diosa madre (Amalur) que tiene dos muchachas: la luna y el sol. Mari vive bajo tierra y es la diosa de todos los vascos. Cuando se acopla con Sugaar (conocido también bajo el nombre de Sugoi, por ejemplo, causa terremotos. Los vascos piensan que tuvo un orgasmo un poco violento y que es eso que causa estas tormentas, terremotos etc no es sobre todo un castigo de unos o más dioses cualesquiera como se se lo explica en otras creencias. Existen enormemente genios, cada uno especializadas en una acción, buena o mala. He aquí algunos abajo.

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Kismi (mono) en el idioma vasco de los Jentilak que lo usaban para designar el Cristo.
La introducción del Cristianismo y la desaparición consecutiva de los mitos vinculados al Jentil, constituye el tema central de una leyenda muy extendida en el pueblo vasco.
Se dice en Ataun, que el Jentil se divertían un día al cuello de Argaintxabaleta, en la sierra de Aralar. Transfieren una nube luminosa avanzarse hacia ellos. Asustados por este fenómeno, llamaron a un viejo sabio y lo trajeron allí para que pueda ver la nube misteriosa y les dice lo que significaba. El viejo les dice:
Kixmi nació, el final de nuestra raza llegó. lánce me en el precipicio cercano”.
Lo precipitaron pues a la parte baja de las rocas. Entonces, seguidos de la nube luminosa de que huían, corrieron hasta el Occidente y llegados al pequeño vallejo de Arraztaran, se lanzaron precipitadamente bajo una gran losa que se llama desde entonces Jentilarri (piedra de los jentiles o sepultura del Jentil). Se trata de un dolmen del mismo nombre. Fue el final de los Jentiles, al menos según la leyenda.


Kurri-Kurri (nombre de un Mairu).
Se trata aquí del nombre de un Mairu o de un Jentil de la región de Elduain. Se dice que un de herradura tenía un criado mairu. Un día, un mairu vino a la casa y le dice:
De herradura, dicen a tu criado que Kurri-Kurri se murió
El mairu salió y desaparecido en los aires. Véase también a Zirri-mirri 


Kutun (amuleto).
Se designan así varios objetos a los cuales se asigna el poder de curar enfermedades o de alejar males y peligros. Ahí tienes una anécdota:
Una vez un hombre pasaba cerca de Lamiñasiñe (el pozo de los lamiñak ). Dos brujas se acercaron él. Una dicho al otro:
"elakio, elakio"
"coge lo, coge lo"
"attrape-le, attrape-le"
otro le respondió:
"ik elakio; or zeuken orrek, amak jarri ta, errueda eta apio"
"coge lo tú mismo, su madre le dio, de la calle y el apio".
"attrape-le toi-même, sa mère lui a donné, de la rue et du céleri".
Estas dos plantas se utilizaron para hacer amuletos variados.

Hay varia categoría de amuletos. Así pues, se escribe un pequeño papel sobre el cual las primeras palabras del evangelio de San Juan y que se pone en una bolsita llevada en torno al cuello, o en los repliegues del cinturón o de una banda para un niño, o cosido a la prenda de vestir. Se considera en muchos lugares que es allí un remedio contra el mal ojo, Begizko. (véase Begizko )

Algunas utilizaciones de estos amuletos:

Yerba buena silvestere, te tengo fiebres y no te. Dios me los retira y te los da; lo aporté de la sal y el pan”. En el mismo momento extiende sobre la hierba en cuestión migas de pan mezcladas a la sal.

Otro tipo de amuleto es utilizado por las mujeres que alimentan niños, con el fin de evitar tumores y endurecimiento de los senos. Se lo llama zingiñarri (Ataun), arraiarri (Oiartzun), abilain et errabearri (Elosua), ugetzarri (Larrabezua y Mendaja). Es un vidrio rojizo de sección poligonal y cuyas facetas son cuadradas. Se cruza en el centro por un orificio donde se pasa una cuerda que sirve para ligarlo al cuello. Existe de dos importancias: los más grandes tienen alrededor de un centímetro de diámetro, los menos utilizados otros, un mediocentímetro de diámetro al menos.

Las piernas de tejón se utilizaron también a manera de amuletos para protegerse contra las brujas. La piel de tejón que cubre el yugo de una fijación de bueyes (idiak), los protege contra el Begizko, el mal ojo (Ataun). Se hacía sobre todo eso cuando la fijación debía exponerse en público, el día de la feria por ejemplo, en una boda, etc


Fuente: José Miguel Barandiarán, Dictionnaire Illustré de Mythologie Basque
traducido y anotado por Michel Duvert, Donostia, éditions Elkar, 1994. ISBN: 2-913156-36-3

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